Cómo mantener el costo de un sistema fotovoltaico bajo
- JONATHAN VARGAS
- hace 3 días
- 3 Min. de lectura
Actualizado: hace 2 días

En Puerto Rico, donde la factura eléctrica sube y los apagones son parte de la rutina, muchas familias buscan instalar un sistema fotovoltaico para reducir gastos y ganar independencia energética. Sin embargo, no todos saben que las decisiones que se toman dentro del hogar antes de instalar el sistema pueden determinar si ese proyecto cuesta lo justo… o termina saliendo miles de dólares más caro de lo necesario.
Y peor aún: muchas personas terminan firmando contratos de leasing por 20 o 25 años, pagando un sistema que nunca será suyo y que, en muchos casos, se cotizó inflado precisamente por consumos innecesarios dentro del hogar. Por eso, entender su consumo y ser dueño de su sistema, no rehén de un contrato, es esencial para proteger su bolsillo.
Uno de los factores que más inflan el costo de un sistema solar es el uso de equipos eléctricos de alto consumo, especialmente la estufa eléctrica, la secadora eléctrica y el calentador de agua eléctrico. Estos tres aparatos pueden añadir más de $1,500 al año a la factura de luz y, lo más importante, obligan a instalar un sistema solar mucho más grande para poder operarlos durante el día y en apagones.
Tomemos la estufa como ejemplo. Una estufa eléctrica típica consume cerca de 6 kWh diarios, lo que equivale a unos $50 mensuales o alrededor de $600 al año solo para cocinar tres comidas diarias. Cuando se suma una secadora eléctrica —que puede consumir entre 3 kWh y 6 kWh por ciclo— y un calentador de agua eléctrico, que fácilmente añade entre $400 y $800 al año, el consumo total del hogar aumenta de forma dramática.
Ese consumo adicional se refleja directamente en el diseño del sistema solar: se necesita un inversor más grande, un banco de baterías más robusto y más paneles para sostener estos equipos, especialmente si se desea operar durante apagones. Esto puede elevar la inversión inicial en varios miles de dólares, haciendo que el sistema fotovoltaico parezca “muy caro”, cuando en realidad el problema es la demanda excesiva de los electrodomésticos. Y cuando esa sobredimensión se financia mediante un leasing, la familia termina pagando todavía más por décadas… sin ser dueña de nada.
En contraste, muchas familias en Puerto Rico cocinan todo el año usando solo 2 pipotes de 100 lb de gas propano, lo que representa un gasto aproximado de $220 anuales. Esa diferencia es enorme: $600 al año con electricidad versus $220 con propano, y eso sin contar los apagones, donde la estufa eléctrica queda inutilizada mientras el gas sigue funcionando sin interrupciones.

El gas propano, como toda fuente combustible, requiere precaución, pero puede utilizarse de forma segura siguiendo prácticas sencillas: inspeccionar las conexiones periódicamente con agua y jabón para detectar burbujas, usar un medidor digital de fugas, revisar regulador y mangas, y garantizar ventilación mínima en el área de cocción. Además, cada familia debe tener al menos un extintor de fuego accesible y en buen estado, preferiblemente uno clasificado para incendios tipo ABC.
PARA QUIENES YA TIENEN SISTEMA FOTOVOLTAICO
Todo esto no aplica solo para quienes van a instalar.
Miles de familias que ya tienen un sistema descubren tarde que su consumo interno no estaba optimizado y, por eso:
—las baterías no duran la noche completa
—el inversor se queda corto cuando encienden varios equipos
—la factura no bajó tanto como esperaban
—sienten que “el sistema no sirve” cuando el verdadero problema es la carga del hogar
Reducir cargas grandes como la estufa eléctrica, la secadora eléctrica o el calentador eléctrico puede mejorar dramáticamente el rendimiento de un sistema existente sin tener que comprar más paneles o más baterías.
Para muchos hogares, simplemente volver al tendedero tradicional, usar estufa de gas y cambiar el calentador por gas o calentador solar devuelve eficiencia y prolonga la vida útil de las baterías.

Por eso, una de las recomendaciones más importantes para quienes desean instalar un sistema solar —y para quienes ya tienen uno y sienten que no rinde como debería— es reducir el consumo eléctrico primero. Cada equipo eléctrico que se sustituya por una alternativa eficiente es un panel menos que necesita instalar y una batería menos que pagar.
En resumen, si quiere mantener el costo de un sistema fotovoltaico bajo, no empiece por los paneles: empiece por su consumo. La clave para un sistema solar económico y eficiente es sencilla: baje su consumo primero, edúquese antes de invertir y evite firmar contratos que lo amarren por décadas. Sea dueño de su sistema, para que pueda expandir o modificar según sus necesidades, no esclavo de un leasing.
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