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LO QUE NADIE EXPLICA SOBRE LOS PANELES SOLARES

  • Foto del escritor: JONATHAN VARGAS
    JONATHAN VARGAS
  • hace 18 horas
  • 5 Min. de lectura
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LO QUE NADIE EXPLICA SOBRE LOS PANELES SOLARES, SU POTENCIA REAL Y POR QUÉ TANTOS SISTEMAS EN PUERTO RICO NO RINDEN COMO PROMETEN


Antes de instalar un sistema solar —o si ya lo tiene y siente que algo no cuadra— hay algo que debe saber.


La mejor decisión que puede tomar antes de invertir en un sistema solar, o antes de seguir frustrándose con un sistema que no le produce lo que esperaba, es educarse. Miles de familias puertorriqueñas ya han pasado por nuestros talleres y coinciden en lo mismo: cuando usted entiende su sistema, lo cuida mejor, evita errores que cuestan miles y toma decisiones con seguridad. Ese conocimiento no lo vende ninguna compañía. ¿POR QUÉ PAGAR DEMÁS?


Vamos directo al punto.

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En Puerto Rico se habla de paneles de 400, 500, 550 o 700 watts como si ese numerito contara la historia completa. Ese valor no viene de la vida real; viene de un laboratorio bajo lo que se conoce como STC (Standard Test Conditions), donde el panel se prueba a 25 °C (77 °F), con luz perfecta, sin viento, sin humedad y sin polvo. Es literalmente el “día perfecto” que ningún techo en Puerto Rico ve.


En la vida real, nuestros paneles operan entre 45 y 65 °C —113 a 149 °F— y cada grado por encima de los 77 °F de laboratorio reduce la potencia. Por eso un panel que dice “550 W bajo STC” pocas veces produce 550 W en un techo boricua que a media mañana ya pasó de los 120 °F. La industria sabe esto; el consumidor, casi nunca.


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A esto se suma que no todos los paneles de “550 W” son iguales. Un panel tradicional de 400–450 W mide aproximadamente 5 pies 8 pulgadas por 3 pies 7 pulgadas. Los paneles grandes de 550–700 W se estiran hasta los 7 pies 6 pulgadas, incluso los 8 pies. Esa diferencia no es eficiencia: es tamaño. El panel aumenta en superficie para alcanzar ese wattage bajo STC, no porque sea el mejor ni porque produzca más en la vida real.


Y aquí viene un detalle que casi nadie menciona: los paneles más grandes, por su longitud, deberían tener un riel adicional en el centro.


No es requisito obligatorio, pero sí lo recomendamos a nuestros participantes. En Puerto Rico, donde una sola ráfaga de tormenta puede empujar cientos de libras de presión sobre un panel, ese refuerzo central ayuda a evitar flexión, vibración y daños futuros. Un panel largo sin refuerzo es como una viga sin apoyo: aguanta… pero sufre.


La eficiencia también es clave, aunque pocas compañías la explican.


Un panel moderno de buena calidad ronda entre 20 y 22 % de eficiencia; uno económico se queda en 18 o 19 %. Esa diferencia no solo afecta la producción: afecta directamente el tamaño físico del panel. Mientras más baja la eficiencia, más grande tiene que ser el panel para lograr el mismo wattage. Por eso vemos paneles enormes que parecen más “poderosos”, cuando en realidad solo son más grandes porque usan tecnología menos eficiente.


En Puerto Rico eso importa, porque un panel eficiente trabaja más frío, pierde menos potencia por calor y mantiene su rendimiento por más años. Un panel de baja eficiencia opera más caliente, se estresa más y depende más del tamaño que de la calidad.


En cuanto a calidad, un panel verdaderamente bueno no es el que tiene más watts en la etiqueta, sino el que cumple con certificaciones como UL 61730, que validan su seguridad eléctrica, resistencia al clima y durabilidad. Lo mismo aplica a la estructura: un sistema de montaje profesional debe cumplir UL 2703, que certifica que las piezas, rieles y sujeciones están diseñadas para soportar viento, corrosión y años de uso en condiciones reales.

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Lo sorprendente es que un panel certificado puede costar apenas entre 22 a 30 centavos por watt. Un panel de 550 W puede costar entre 140 y 170 dólares. Aun así, algunas compañías instalan modelos sin certificación o estructuras improvisadas, mientras el consumidor piensa que recibe “lo mejor”.

Un panel de calidad debe mantener alrededor del 85 % de su potencia original después de 25 a 30 años. Pero eso solo ocurre si la instalación está bien hecha. Y ahí es donde muchos sistemas caen en Puerto Rico.


— Paneles mal orientados.

— Paneles completamente planos que se calientan más y además acumulan agua y sucio, dos factores que reducen la producción y aceleran el deterioro.

— Sombras pequeñas que causan pérdidas grandes.

— Cables demasiado largos o demasiado finos.

— Conexiones flojas.

— Tubos llenos hasta el tope o descansando sobre techos ardientes.

— Series o strings mal configurados que no coinciden con los parámetros del equipo.


Todo eso afecta más que la marca del panel, más que el wattage y más que el clima.


Por eso tantos boricuas —especialmente quienes entraron en un leasing— notan que la producción que ven en la aplicación se queda corta, que el sistema parece “estancado” aun en días de sol y que su factura no baja como les prometieron. Y no es que el panel sea malo. En la mayoría de los casos, el problema viene de la instalación, del diseño del sistema y de unas expectativas que nunca se explicaron bien desde el principio.


Ahí entra la educación.


Cuando usted entiende qué significan los watts bajo STC, por qué la potencia real baja con el calor, cómo la eficiencia afecta el tamaño del panel, por qué recomendamos un riel central en paneles largos y cómo influyen la orientación, inclinación, sombras, certificaciones UL, caída de voltaje y degradación, entonces por primera vez puede mirar su sistema con ojos de verdad. Puede saber si está saludable o si lo que tiene en el techo nunca estuvo optimizado para sus necesidades.


En Aprende Energía Renovable enseñamos precisamente eso: a interpretar su producción, identificar pérdidas, evaluar rieles, cables, series, orientación e inclinación y entender si su sistema está trabajando como debería.


Porque al final del día, la diferencia entre un sistema excelente y uno mediocre nunca ha sido el panel más grande ni la batería más cara. La diferencia siempre ha sido la información.


Y como decimos siempre… ¿POR QUÉ PAGAR DEMÁS?


Nuestra recomendación es clara: educación, criterio técnico y diseño inteligente deben guiar cada decisión.


Si desea ir más profundo, el Manual de Diseño Fotovoltaico es la guía perfecta para diseñar, entender, dominar y proteger su inversión solar. Escribimos el MANUAL DE DISEÑO FOTOVOLTAICO para usted y damos talleres de energía renovable alrededor de toda la isla. Esperamos en Dios que esta información le llegue a tiempo y la comparta con todos sus seres queridos.


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En Puerto Rico hemos ofrecido cerca de 200 eventos y talleres educativos sobre energía renovable, impactando positivamente a miles de participantes en toda la isla. Además, está disponible el único MANUAL DE DISEÑO FOTOVOLTAICO en cumplimiento de código —accesible, confiable y probado.


¡Permítanos ayudarle!


A sus servicio,

Ing. Jonathan Vargas

Whattsapp (787) 479-5991


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